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La Deconstrucción en las Calles: Usos y el imperativo de la justicia. Por Mario Toro Vicencio

Comentario de texto. Sobre (Im)Politicidades derrideanas. Algunas lecturas periféricas de la deconstrucción*



(Im)Politicidades derrideanas. Algunas lecturas periféricas de la deconstrucción. Ariel Lugo y Javier Agüero Águila edts. Editorial las Cuarenta, 2025
(Im)Politicidades derrideanas. Algunas lecturas periféricas de la deconstrucción. Ariel Lugo y Javier Agüero Águila edts. Editorial las Cuarenta, 2025

La propuesta central del libro es ambiciosa: desplazar la deconstrucción derridiana del nicho académico a la arena de la aplicación política concreta. No se busca reeditar el debate entre pragmatismo y deconstrucción, sino observar cómo pensadores contemporáneos están "utilizando" la deconstrucción para desmantelar las estructuras de poder en escenarios reales. El libro funciona como un observatorio filosófico que registra el "funcionamiento" de la deconstrucción en sus "lugares de aplicación" —políticas migratorias, de la memoria, planetarias, o sobre la animalidad—, examinando los límites y las posibilidades de complementar esta herramienta con otras formas de pensamiento político.


I.  Deconstrucción en Acción: La Urgencia de lo (Im)posible


Los "usos" de la deconstrucción que el libro expone giran en torno a una tensión fundamental: la indecisión de la decisión derridiana frente a la urgencia de la justicia. Derrida mismo lo establece: “...una decisión justa es necesaria siempre inmediatamente, enseguida, lo más rápido posible”. Cada contribución al volumen debe atender esta paradoja. Si cada caso es "absolutamente único" y requiere una interpretación no codificada, la deconstrucción, aplicada a un contexto (sea política digital o democracia), se convierte inevitablemente en una deconstrucción otra, singular y fugaz, que es infiel a la regla para ser fiel al imperativo ético.


En este sentido, el libro busca la invención de lo (im)posible. La deconstrucción es intrínsecamente "inventiva o no es"; su aplicación en múltiples escenarios le exige escabullirse de la mera ejecución de métodos. La politización de la deconstrucción consiste precisamente en la invención de esa política-otra (politique-autre) que Derrida persigue, una re-politización que no caiga en la "ficción deshonesta" de los carriles tradicionales, sino que se bifurque hacia un porvenir que se inventa a sí mismo en el aquí y ahora.


II.  La Trampa del Lenguaje: Sísifo, Penélope y la Re-Politización


Uno de los participantes subraya el desafío más profundo de la deconstrucción: la trampa del lenguaje. Deconstruir es un acto de desencriptación, un intento de "arrancar una huella en la no-verdad". El problema es que el “deconstructor”, al igual que Penélope, está maldito, pues debe necesariamente enunciarse "en el léxico y la sintaxis de lo que debe deconstruir". El lenguaje mismo es el "tejido monstruoso" de la metafísica que se rearma sin parar.


Esta obsesión por un "duelo sin fin" y la "melancolía de la deconstrucción" obliga a los pensadores del libro a rechazar el "tono de apocalipsis" que promete una revelación final. En lugar de ello, se ejercitan en describir la inevitable recaída de todo pensamiento. La meta no es la salvación ni la salida definitiva del "círculo", sino la descripción lúcida de esta persecución, que es la condición de la re-politización: solo reconociendo la cautividad del idioma de lo mismo se puede intentar nombrar ese concepto de lo político que se busca.


Max Klinger, Das Leuckart-Diplom (Penelope), grabado. El grabado muestra a Penélope no en pleno acto de tejer, sino en una pausa contemplativa. La figura femenina en primer plano está tratada con un claroscuro intenso, hundida en sombras profundas, mientras sostiene el hilo entre sus manos. Por encima de ella, el tapiz despliega un universo completamente distinto: un friso fantástico poblado de elefantes, animales exóticos, figuras mitológicas, casi un bestiario onírico.
Max Klinger, Das Leuckart-Diplom (Penelope), grabado. El grabado muestra a Penélope no en pleno acto de tejer, sino en una pausa contemplativa. La figura femenina en primer plano está tratada con un claroscuro intenso, hundida en sombras profundas, mientras sostiene el hilo entre sus manos. Por encima de ella, el tapiz despliega un universo completamente distinto: un friso fantástico poblado de elefantes, animales exóticos, figuras mitológicas, casi un bestiario onírico.

Uno de los participantes subraya el desafío más profundo de la deconstrucción: la trampa del lenguaje. Deconstruir es un acto de desencriptación, un intento de "arrancar una huella en la no-verdad". El problema es que el “deconstructor”, al igual que Penélope, está maldito, pues debe necesariamente enunciarse "en el léxico y la sintaxis de lo que debe deconstruir". El lenguaje mismo es el "tejido monstruoso" de la metafísica que se rearma sin parar.

III.      El Nombramiento y el Primer Extranjero


El libro no ignora la pregunta sobre el nombre: ¿Por qué "deconstrucción" y no "amor", "duelo" o "verdad"? El golpe de fuerza de Derrida al imponer el término, arriesgándose a la infidelidad y la injusticia (como en el relato de Kafka), apunta a un quiebre.


La reflexión más punzante se dirige a la cuestión de la alteridad y el humanismo. El libro cuestiona si Derrida, al admitir la alteridad radical y asimilarla a la figura del "otro hombre" preconizada por Levinas, recayó en el humanismo. Se plantea si es justo rebajar la "alteridad anónima" a un rostro humano, convirtiendo al extranjero radical en un simple "otro yo" (la herencia de Husserl). La pregunta que resuena es: ¿Ha llegado el momento de romper con esta herencia y reconocer que el primer extranjero no es un otro yo, sino una alteridad inmanente, desconocida y sin nombre, que atraviesa todo pensamiento, cualquier cosa, y toda la vida? Este camino, en el que Derrida se sometería a la "decisión del otro", es el umbral ético que las y los pensadoras/es están cruzando.


IV. Coincidencia Filosófica y Aporte de la Obra


Respecto a la coincidencia entre los antiguos filósofos de Grecia (Aristóteles, Sócrates, Platón) y los contemporáneos (Butler, Žižek, Foucault, Arendt, etc.), el texto no establece un punto de encuentro formal o directo con el planteamiento de Derrida. Sin embargo, el imperativo de la justicia y la ética —central en Sócrates y Aristóteles— resuena en la urgencia derridiana. La deconstrucción, al intentar desmontar los cimientos de la soberanía y la metafísica, se alinea con la tarea de estos contemporáneos, que también buscan una repolitización frente a las ficciones del poder.


El aporte fundamental del libro a la actual democracia es su llamado a la responsabilidad singular y urgente. En democracias tan febles y desiguales, donde el poder tiende a codificar y normalizar la injusticia, la deconstrucción ofrece una estrategia para desestabilizar la ley escrita y abrirla al imperativo ético de la justicia inmediata para el caso único. El libro empuja a la democracia a ser más que un conjunto de procedimientos y a reconocer la alteridad radical de todas y todos quienes la componen, que son siempre más que la suma de sus derechos codificados.

El aporte a la historia de la filosofía es doble: (1) impulsar a la deconstrucción a la praxis política, alejándola de ser un mero ejercicio textual, y (2) desafiar la tradición humanista occidental que tiende a reducir al "otro" a un "otro yo" cognoscible. El libro reafirma que la filosofía en sí debe ser una fuerza inventiva, un motor de lo (im)posible, que no teme la tensión entre la urgencia y la indecisión para mantener viva la promesa de una justicia que siempre está por venir.


La validez de la propuesta de Derrida con la deconstrucción no solo es válida para la democracia actual, sino que es esencial precisamente porque es tan imperfecta, frágil y desigual. La deconstrucción actúa como una herramienta que obliga a la ley a confrontar su propio límite, abriendo la ley escrita al imperativo ético de la justicia inmediata para el caso singular. Su validez radica en tres frentes: (1) Desafía la codificación de la injusticia al impedir que la ley se cierre sobre sí misma; (2) Demanda responsabilidad singular al pulsar a los líderes a responder al caso único y no esconderse tras la regla general; y (3) Reconoce la alteridad radical, forzando al sistema a ver al ciudadano no como un "otro yo" predecible, sino como un ser cuya vulnerabilidad exige una respuesta de justicia inventada en el momento.


En resumen, el libro editado por Lugo y Agüero, se propone observar cómo la deconstrucción, al ser llevada a la praxis política, se transforma en un acto de invención constante y singular. La obra no busca esclarecer la deconstrucción como un concepto fijo, sino como un instante vivo que debe ser infielmente fiel a su propia dinámica: cada caso es otro. Su propósito es inventar un porvenir que no sea utópico, sino un horizonte que se disgrega del presente, exigiendo la justicia aquí y ahora.


MARIO TORO VICENCIO**

                                                                                              Escritor y Poeta

 




*Sobre el Libro: (Im)Politicidades derrideanas. Algunas lecturas periféricas de la deconstrucción. Ariel Lugo y Javier Agüero Águila edts. Editorial las Cuarenta, 2025. Escriben Patrick Vauday, Lynn Turner, Jacob Rogozinski, Delmiro Rocha, Charles Ramond, Patricio Peñalver Gómez, Ariel Lugo, Laura Llevadot, Cristina de Peretti, Sebastián Chun, Gabi Balcarce, Javier Agüero Águila. Editorial Las cuaarenta. Pueden obtenerlo en: https://www.lascuarentaeditorial.com.ar/productos/impoliticidades-derrideanas-algunas-lecturas-perifericas-de-la-deconstruccion-en-digital-wkk3f/


**Mario Toro Vicencio (Valparaíso) es escritor, poeta y traductor cuya trayectoria está marcada por quince años de exilio en Suecia, donde desarrolló una intensa labor solidaria articulando iniciativas entre organismos de diversos países latinoamericanos y suecos. Tras su regreso a Chile, se integró al primer gobierno democrático postdictadura. Su obra literaria ha alcanzado notable reconocimiento: tres de sus libros —Viaje al Fondo del Dolor Historia de Búsqueda y Esperanza (2013), PoeMario un Impulso a la Verdad (2016) y Tres Historias Un Correo Mil Verdades (2018)— forman parte de la colección del Museo de la Memoria en Santiago. Editorial Planeta ha publicado varios de sus títulos para el mercado europeo y latinoamericano, incluida La Urgencia de un Sueño, traducida al italiano en 2023. Miembro de la Sociedad de Escritores de Chile desde 2019, ha sido propuesto al Premio Nacional de Literatura en dos ocasiones.


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